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Gato Pícaro

Hablando de calidad...

Hablando de calidad... PRODUCTOS DE CALIDAD

—Sí, miren, señores pasajeros. Productos de calidad pone y lanza a la venta. Es el nuevo disco. Disco compacto con las más hermosas melodías del mundo...—

—Melodía hermosa aquella de Ravel, ¿cómo se llama?— pensó Martín al escuchar la ronca voz que se acercaba desde el inicio del vagón.

—...Disco que lleva por título “Lo mejor de la música clásica”. Diez pesos le vale, diez pesos le cuesta...—

—¡Chingada madre! ¿Cómo se titula la melodía? Si sí me acuerdo de ella: tan tara ra, tara tara tara tan tara ra... Si le gustaba mucho a Lorenza.—

—...Contiene temas como son: Himno a la Alegría de Betoben,...—

—¿Cómo se llamaba? Pues si con esa hicimos el amor como tres veces.—

—...el Lago de los Cisnes de Chaicoski,...—

—Bueno, en realidad cada que había grabadora en mano, antes de que la mía se comiera la cinta del cassette.—

—...Nocturno de Chopan,...—

—Creo que también sonaba el día en que casi nos cacha su mamá, cuando estábamos en la sala cogiendo y la señora bajó las escaleras...—

—...el Vals de las Olas...—

—...y afortunadamente se fue para la cocina y Lorenza alcanzó a subirse el pantalón. ¡Qué susto!—

—...las Cuatro Estaciones de Bivaldi,...—

—¡Ah! ¡Cómo no me acuerdo! Si está buena pa’l sexo. Bueno, con calentura cualquier cosa está bien, mientras no interrumpa...—

—...sinfonía 40 de Mozart,...—

—¡Uta! Llegando a la casa voy a buscar la cajita del cassette para saber como se llama.—

—...el Bolero de Ravel...—

—¡Esa! ¡Esa es! El Bolero. Po’s no podía faltar. Si esa sí es música.—

—...entre otras más. Diez pesos le vale, diez pesos le cuesta.—

—A ver, ¿cuánto traigo? Pues hoy me la chuto caminando y me lo compro.—

—Es el bonito regalo, bonito detalle. Diez pesos le vale, diez pesos le cuesta.—

—¡Dame uno!— le dice Martín al vendedor.

—Son diez pesos—

—Órale, gracias— contesta Martín al pagar el disco.

—Diez pesos le vale, diez pesos le cuesta...— grita el mercader que se aleja lentamente.

—Próxima estación: Balderas. Correspondencia con línea uno— se oye una voz apagada, salida de las bocinas del vagón. Se detiene el tren y el vendedor se baja.

—La que sigue ya es Juárez— pensó Martín —Mejor me levanto para llegar a la puerta.—

Al bajar del tren, Martín camina las escaleras con toda la disposición de atravesar los torniquetes. Llegando al exterior se dirige a toda prisa a su casa. Tarda unos treinta minutos, pero eso no le importa. Él únicamente tiene el pensamiento puesto en agradable melodía, que incluso va tarareando.

Abre el portón de la vecindad. Corre a su vivienda, atropellando a su mamá que tendía unas sábanas.

—¡Qué burro! Siquiera saluda— grita su madre al ver que Martín se aleja.

—Perdón, traigo prisa— contesta él.

Entra en el único cuarto que hay y enciende la grabadora. Coloca el disco en la charola de ésta y la cierra.

—¡Ora sí! Tan tara ra, tara tara tara tan tara ra... ¡Qué emoción!—

En la pantalla de la grabadora no aparece nada. Por más que Martín lo intenta, el disco no arranca. Lo saca y se detiene a ver que no lleva nada grabado. El enojo hace presencia al verse timado.

—¡Pendejo!— grita— Esto no sirve. Y yo tan emocionado. Pero, ¿qué querías por pinches diez pesos? ¿Producto de calidad?—

26/02/2004
12:52

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1 comentario

El bribón de bata... -

Vaya, no se si "decir no a la pirateria" o bien incluirl el Bolero de... en mi proximo repertorio sexual...

Saludos a Lorenza!