El fin del mundo

Las hormigas regresaban al hormiguero después de un día de trabajo. Las gotas regresaban a la nube después de espiar a las hormigas.
Las hormigas no sabían que, mientras ellas dormían, en las nubes se planeaba el fin del mundo.
A las ocho de la mañana del día siguiente el cielo caería sobre el hormiguero.
Noel Unk
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